miércoles, 28 de mayo de 2014

Niños que vienen con una etiqueta debajo del brazo


Hola, muy buenas. Ya es Miércoles y estamos en la mitad de la semana. El tema del que os voy a hablar hoy es el de las "etiquetas" en los niños. Muchas veces escuchamos: "ese niño es un llorón", "es un miedica", "es lento" u otros términos digamos ofensivos.

Todavía sigue muy presente la (mala) costumbre, muchas veces inconsciente, de etiquetar a los niños. Desde que en la familia se espera la llegada de un bebé, las expectativas que tenemos los adultos empiezan a surgir sin apenas conocer al nuevo miembro de la familia.
Ilusiones, expectativas y miedos de los adultos acerca de la personalidad y el temperamento de los niños surgen durante todo su crecimiento; es algo normal. Pero, ¿qué pasa si condicionamos el comportamiento de un niño con adjetivos que le encasillen, ya sean positivos o negativos? ¿Por qué tendemos a etiquetarnos?

 "Daniela es una torpe, siempre se cae cuando tiene que montar en bici. Desde bebé ha sido muy vaga", "Dani no sabe dibujar, mejor que haga otra cosa porque no se le da bien hacer personas, casas...", "¡Qué desastre!, eres muy desordenada, no hay nada que hacer contigo". "A ti siempre se te han dado mal las matemáticas, ¿cómo vas a estudiar una carrera que tiene tanta matemática?". ¿Te gusta que te encasillen o te definan por algo que has hecho de forma puntual? 

Los adultos, al igual que los niños, no tenemos una personalidad estática en el tiempo. Cambiamos y nos comportamos según las oportunidades que nos dé el ambiente en el que nos encontremos. Aunque todos contamos con una predisposición genética a ser de una u otra forma, el ambiente, y por tanto, la educación que recibamos será determinante para que seamos de una u otra forma.

Tener la oportunidad de cambiar de salir de nuestras costumbres, de las etiquetas que nos han podido imponer, es determinante para nuestra autoestima.

Cuanto menos etiquetado esté un niño, más fuerte será su autoestima. Incluso, si nos excedemos en etiquetarles con adjetivos positivos "guapo, listo, obediente...", no le estaremos haciendo ningún favor. Clasificar a los niños por sus facultades, carencias, aciertos o errores, puede hacer que se perciban a sí mismos de la manera en la que nosotros les percibimos y no como ellos se sienten y ven. Y con esto, no estoy diciendo que decir a un niño que es listo o tonto implica lo mismo, pero debemos tener en cuenta que si nos pasamos haciéndole creer es el más listo de la clase, el más obediente, cuando falle o se salga de ese papel, temerá por las consecuencias y por la decepción que podamos sentir.

Al igual que los niños, tú eres tú, a veces eres más bromista, con otras personas te sale ser más serio, con la familia, más ordenado; con los amigos, más caótica; torpe en lo que no controlas tanto, y segura en lo que se te da genial. Dejemos las etiquetas cosidas a los muñecos, y veamos a los niños que tenemos cerca diferentes en cada una de sus facetas.

Las etiquetas afectan sobre todo a los alumnos con NEE (Necesidades Educativas Especiales). 
Los niños con dificultades de aprendizaje son identificados y etiquetados como que tienen necesidades educativas especiales, entonces es muy probable que sean tratados como diferentes, devaluados, y estigmatizados.

Si los niños que experimentan dificultades de aprendizaje no son identificados individualmente como que tienen necesidades educativas especiales entonces no habrá manera de identificarlos y de asegurar los recursos educativos adicionales para ellos.

El sistema escolar está basado en la igualdad y en la cooperación entre los alumnos y el derecho de estos para desarrollar al máximo sus capacidades.

Lo que no nos puede faltar al incorporar un niño con necesidades educativas especiales a la escuela es el conocimiento claro, por parte en primer lugar del maestro, del propio niño y de sus compañeros del porque de sus limitaciones.

Los maestros necesitamos saber cómo trabajar con el niño en el aula, haciendo hincapié en la flexibilidad educativa.

La escolarización de los alumnos/as con necesidades educativas especiales debe ser adecuada a las necesidades que presentan, y debe estar guiada para favorecer la integración social en el medio más normalizado posible.

Al hablar de necesidades educativas especiales no se acota a los individuos en un grupo cerrado, ni tampoco se les etiqueta; simplemente se define el hecho de una demanda o necesidad. Por ello, cabe destacar que cada niño es diferente, hay que destacar la individualización del niño. No se puede en un conjunto, hay que valorar a cada niño/a como si fuese único. Los niños deberían estar en una escuela inclusiva con los profesores, tutores, recursos humanos y materiales adaptados a las necesidades educativas del niño sin que por ese motivo se produzca una etiquetación, A no ser que sus necesidades educativas especiales sean profundas porque de ser así sería mejor introducirlo en una escuela especial.


El vídeo que os muestro abajo, si todavía no lo habéis visto, tenéis que verlo... os emocionará!!



Fuentes:
Katy Hare Imagen
Educación especial blog Información

Una vez más, espero que hayáis disfrutado tanto leyendo la entrada en el blog como yo haciéndola. Hasta el Domingo no habrá actualización en el blog, siento las molestias. A disfutar de lo que queda de semana!! Un saludo

Pepita Gominola

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