martes, 25 de noviembre de 2014

Cuento para reflexionar sobre la educación

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UN CUENTO PARA REFLEXIONAR SOBRE LA EDUCACIÓN

Esta es una historia indispensable para reflexionar sobre la influencia que nuestras palabras y nuestros actos tienen sobre los alumnos. El cuento de Helen Buckley muestra como, de manera consciente o inconsciente, estamos transmitiendo algo más que conocimientos o habilidades en cada una de nuestras clases. No sólo lo que hacemos, sino también aquello que dejamos de hacer influye en la formación de nuestros alumnos.

Muchas veces la verdadera formación habita entre los pliegues de los libros y libretas, en los tiempos muertos entre clases, en las conversaciones informales de pasillo, en el hecho de compartir un lápiz, en una mirada, en un gesto, en el tono de una respuesta. Muy a menudo la verdadera formación se nos escapa entre los dedos mientras intentamos atraparla en objetivos, normas, planes de estudio y asignaturas.

UN NIÑO.

Erase una vez un niño que acudía por primera vez a la escuela. El niño era muy pequeñito y la escuela muy grande. Pero cuando el pequeño descubrió que podía ir a su clase con sólo entrar por la puerta del frente, se sintió feliz.

Una mañana, estando el pequeño en la escuela, su maestra dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. Qué bueno- pensó el niño, a él le gustaba mucho dibujar, él podía hacer muchas cosas: leones y tigres, gallinas y vacas, trenes y botes. Sacó su caja de colores y comenzó a dibujar.

Pero la maestra dijo: - Esperen, no es hora de empezar, y ella esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la maestra, vamos a dibujar flores. ¡Qué bueno! - pensó el niño, - me gusta mucho dibujar flores, y empezó a dibujar preciosas flores con sus colores.

Pero la maestra dijo: - Esperen, yo les enseñaré cómo, y dibujó una flor roja con un tallo verde. El pequeño miró la flor de la maestra y después miró la suya, a él le gustaba más su flor que la de la maestra, pero no dijo nada y comenzó a dibujar una flor roja con un tallo verde igual a la de su maestra.

Otro día cuando el pequeño niño entraba a su clase, la maestra dijo: Hoy vamos a hacer algo con barro. ¡Qué bueno! pensó el niño, me gusta mucho el barro. Él podía hacer muchas cosas con el barro: serpientes y elefantes, ratones y muñecos, camiones y carros y comenzó a estirar su bola de barro.

Pero la maestra dijo: - Esperen, no es hora de comenzar y luego esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la maestra, vamos a dibujar un plato. ¡Qué bueno! pensó el niño. A mí me gusta mucho hacer platos y comenzó a construir platos de distintas formas y tamaños.

Pero la maestra dijo: -Esperen, yo les enseñaré cómo y ella les enseñó a todos cómo hacer un profundo plato. -Aquí tienen, dijo la maestra, ahora pueden comenzar. El pequeño niño miró el plato de la maestra y después miró el suyo. A él le gustaba más su plato, pero no dijo nada y comenzó a hacer uno igual al de su maestra.

Y muy pronto el pequeño niño aprendió a esperar y mirar, a hacer cosas iguales a las de su maestra y dejó de hacer cosas que surgían de sus propias ideas.

Ocurrió que un día, su familia, se mudó a otra casa y el pequeño comenzó a ir a otra escuela. En su primer día de clase, la maestra dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. Qué bueno pensó el pequeño niño y esperó que la maestra le dijera qué hacer.

Pero la maestra no dijo nada, sólo caminaba dentro del salón. Cuando llegó hasta el pequeño niño ella dijo: ¿No quieres empezar tu dibujo? Sí, dijo el pequeño ¿qué vamos a hacer? No sé hasta que tú no lo hagas, dijo la maestra. ¿Y cómo lo hago? - preguntó. Como tú quieras contestó. ¿Y de cualquier color? De cualquier color dijo la maestra. Si todos hacemos el mismo dibujo y usamos los mismos colores, ¿cómo voy a saber cuál es cuál y quién lo hizo? Yo no sé, dijo el pequeño niño, y comenzó a dibujar una flor roja con el tallo verde.”

Helen Buckley

domingo, 23 de noviembre de 2014

Altas capacidades (AACC): "Los primeros de la clase"

Kathy Hare Ilustration

Hola, muy buenas!!! El fin de semana se acaba... pero todavía nos queda el Domingo, antes de ponerme con los "Quehaceres" diarios de domingo, quería plasmar en una nueva entrada una serie de dudas que me llevan rondando un tiempo por la cabeza. 

Sé que no es día de actualización en el blog, ya que últimamente suelo actualizar todos los Martes, pero hoy no podía dejar pasar esta oportunidad.

Sabemos la importancia de prestar nuestra ayuda a todos aquellos niños y niñas que, por sus características individuales, no puedan seguir el ritmo de una clase normal, pero....
¿Qué hay de aquellos niños/as que no sólo no siguen el ritmo de la clase, sino que van un gran paso por delante?.

Pues de eso va a tratar mi post de hoy, de los niños/as con "Altas Capacidades".

En primer lugar vamos a ver qué se entiende por "Superdotación intelectual":

La superdotación intelectual es una habilidad intelectual significativamente elevada en contraste con las aptitudes medias establecidas por las diferentes escalas de evaluación de coeficiente intelectual de la población como también por los parámetros elevados en diferentes prácticas profesionales de medición o referencia. Esta es generalmente, aceptada como una aptitud innata para la actividad intelectual que no puede ser adquirida por el esfuerzo personal. Es diferente a una habilidad concreta, dado que ésta puede obtenerse a través del aprendizaje o por comportamientos adquiridos. 

La superdotación puede ser general o específica: un individuo puede tener un talento especial o estar dotado para las matemáticas, pero no ser igualmente talentoso en materias referentes al lenguaje.
Aunque, originalmente, no hubo una definición unificada de superdotación, los avances en la teoría de las inteligencias múltiples han creado un nuevo modelo en el que se distingue entre personas con uno o más talentos (es decir, que sobresalen en uno o más de los posibles tipos de inteligencia), y personas superdotadas, que sobresalen en general en todos los tipos de inteligencia (polimatía), y presentan además, una alta creatividad y varios rasgos de personalidad característicos.

Por extensión, superdotado o polimata es el término usado para designar a aquellas personas que poseen esta característica. Aunque, también suele utilizarse, en la actualidad, como sinónimo "Altas Capacidades Intelectuales".

Definición según CI

Tradicionalmente se ha identificado la superdotación con un alto cociente intelectual (CI) desde que Lewis Terman publicó la escala de inteligencia Stanford-Binet en 1916. Según esta definición, un superdotado sería todo aquel que alcanza una puntuación de más de 130 puntos en un test de CI. Esta percepción subsiste hoy día, siendo una forma muy extendida de identificación de superdotación.

Siguiendo esta línea, algunos pedagogos y psicólogos presentan la siguiente clasificación para describir diferentes niveles de superdotación intelectual, con el CI como punto de referencia:

Inteligencia brillante (no alcanza la superdotación intelectual): más de 115 de CI. Representa aproximadamente el 14,31% de la población (1 cada 7).
Superdotación intelectual moderada: Más de 130 de CI. Representa el 1,94% de la población (1 cada 52).
Superdotación intelectual alta: Más de 145 de CI. Representa el 0,11% de la población (1 cada 924).
Superdotación intelectual excepcional: Más de 160 de CI. Representa el 0,0023% de la población (1 cada 41.916).
Superdotación intelectual profunda: Más de 175 de CI. Representa el 0,00002% de la población (1 cada 3.483.046), es decir aproximadamente 2009 personas en el mundo con la población de 2011, que se aproxima a los 7 mil millones de habitantes.

La escuela inclusiva, es mucho más que un mero cambio terminológico de la Educación Especial, puesto que aborda la educación de TODO el alumnado, independientemente de sus características y necesidades.
En los últimos años, las administraciones educativas han reconocido las diferencias del alumnado con altas capacidades desde distintos planteamientos filosóficos, psicológicos y/o educativos: como alumnado de educación especial, como alumnado con necesidades educativas especiales o, en la actualidad, como alumnado con necesidades educativas
específicas de apoyo educativo. Las evidentes características diferenciales de este alumnado exige que la escuela y el resto de la comunidad educativa contemplen de manera explícita el abordaje de las altas capacidades.

Desde el punto de vista de la educación inclusiva, es importante tener en cuenta que las personas con altas capacidades forman un grupo muy heterogéneo, con tanta diversidad como la existente entre el resto de la población. No sólo provienen de familias, ambientes culturales, modelos educativos, entornos sociales diversos..., sino que también manifiestan diferencias individuales en lo que respecta a sus logros académicos, desarrollo social, emocional, cognitivo, etc.

La Ley Orgánica de Educación (2006) reconoce las especiales características y necesidades del alumnado con altas capacidades y en su artículo 76 dice: “corresponde a las administraciones educativas adoptar las medidas necesarias para identificar al alumnado con altas capacidades intelectuales y valorar de forma temprana sus necesidades. Así mismo, les corresponde adoptar planes de actuación adecuados a dichas necesidades”.
La LOE propone una educación equitativa, justa y de calidad. Una escuela para todos y todas, incluido el alumnado con
altas capacidades Intelectuales, con profesionales formados, organizaciones flexibles y recursos suficientes para dar cabida a toda la diversidad.

Modelos basados en capacidades: Modelo de las inteligencias múltiples de Howard Gardner (1984)

El autor desarrolla la teoría de las Inteligencias Múltiples, cambiando la concepción de inteligencia como elemento único y estático.
Como aportaciones importantes hemos de citar, por un lado, la introducción de dos factores novedosos: la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal, y por otro, la influencia de factores culturales y ambientales para el desarrollo de la inteligencia, entendida ésta como un potencial variable en función de las circunstancias de la vida y de la cultura.

Gardner identificó inicialmente 7 tipos de inteligencia y posteriormente introdujo una octava, la inteligencia naturalista.

Actualmente, propone introducir otros/as dos nuevos tipos de inteligencias: la inteligencia existencial y la inteligencia pedagógica, tal y como nos transmitió en su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad Camilo José Cela (Madrid, noviembre de 2011).

Las inteligencias según H. Gardner son:

Inteligencia cinético‐corporal. Es la habilidad para resolver problemas, crear o transformar objetos, utilizando el cuerpo o partes de él de manera efectiva: expresar una emoción, transmitir un sentimiento, defenderse o atacar, anticipar un movimiento, manipular objetos e instrumentos. Está presente en cirujanos/as, bailarines/as, actores, deportistas.
Inteligencia lógico matemática. Es la capacidad lógica, matemática y científica. Nos permite identificar modelos, operar con símbolos, formular y verificar hipótesis, los razonamientos inductivo y deductivo y el pensamiento abstracto. Está presente en científicos/as, matemáticos/as, ingenieros/as y analistas de sistemas, entre otros/as.

Inteligencia musical. Es la capacidad para crear, percibir, trasformar, analizar, interpretar, las formas musicales. Está presente en críticos/as musicales, intérpretes, compositores/as…
Inteligencia espacial. Es la capacidad para formarse un modelo mental del espacio y operar en él. Está presente en marinos/as, arquitectos/as, decoradores/as, ingenieros,escultores/as, modistas/os…
Inteligencia lingüística. Es la capacidad para comprender, interpretar, producir o expresar por medio del lenguaje. Se ve en escritores/as, oradores/as, críticos literarios, bertsolaris…
Inteligencia interpersonal. Es la capacidad para comprendera los demás y relacionarse. Entender sus motivaciones, intenciones, sus estados de ánimo. Vendedores/as, líderes, terapeutas, profesorado…
Inteligencia intrapersonal. Es la capacidad del conocimiento propio, de las propias emociones y sentimientos, de formarse un modelo verdadero de sí mismo y actuar en la vida; capacidad para plantearse objetivos, valorar habilidades, carencias y necesidades. Está presente en psicoterapeutas, psicólogos/as, teólogos…
Inteligencia naturalista. Es la capacidad para conocer e interpretar la naturaleza: especies de animales y plantas y su cuidado, las interacciones del medio físico, la climatología…
Científicos/as, guías, cazadores/as, ecologistas y paisajistas…


Características sociales y emocionales en el alumnado con AACC hacen referencia a estos aspectos:

Intensidad emocional. La intensidad emocional se considera como una de las más definitorias y parte intrínseca de las altas capacidades y fue descrita por pioneras en el estudio de las altas capacidades como L. Hollingworth, K. Dabrowski,… y más recientemente por L.K. Silverman, M. Piechowski, L. K. Sword o E. Landau. La intensidad emocional demuestra una vida interior rica y compleja, plena de emociones profundas y es lo que hace que las personas disfruten de la vida, sientan la alegría de vivir, la pasión por aprender, desarrollar un talento y estar motivadas
por la consecución de logros. Puede manifestarse de diferente manera: empatía, preocupación por los sentimientos de los demás, por la muerte, sensibilidad y profundidad en las relaciones, apego a los animales, miedos, sentimientos de inferioridad o de inadecuación, profundidad de sentimientos: alegría, tristeza, ambos a la vez. Corporalmente se puede expresar con movimientos, tics, actividad física.
Intensidad sensorial, se manifiesta mediante una alta capacidad sensorial y de placer/displacer elevados ante los sonidos, el ruido, la música, los olores, los sabores, las texturas, los colores, la belleza... Esta característica ha sido ampliamente estudiada y descrita por K. Dabrowski, M. Piechowski o T. Cross, entre otros/as, y denominada como “overexcitabilities”.
Independencia de creencias y opiniones ante las demás personas o ideas vigentes en la sociedad lo que puede manifestar como obstinación o rebeldía.
Desarrollo moral y del sentido de la justicia desde pequeños, con opiniones y valores propios. Tiende hacia valores universales como justicia, paz, equidad y preocupación hacia el sufrimiento en el mundo: guerras, hambre, contaminación, cambio climático. Busca el aspecto ético cuestionando y preocupándose
por lo que está bien y mal; se rebela ante las injusticias y no acepta que se incumpla la palabra dada y la necesidad de comprender y cuestionar las normas sociales y morales.

Sentido agudo de la crítica respecto a sí mismos/as y con los demás. Se manifiesta en la disconformidad ante la mediocridad, la ambigüedad, la exigencia de calidad.
Sentido del humor que puede ser elaborado, irónico, inteligente incluso corrosivo. Buscan el aspecto lúdico, divertido de las cosas y las situaciones y al no ser siempre comprendido puede interpretase como muestra de llamadas de atención o de protagonismo.
Perfeccionismo entendido como una necesidad de realizar bien las tareas, de conseguir logros, de mejorar, perseverar. Lo simple puede ser convertido en complejo. Subyace una gran motivación intrínseca. Puede ir acompañado con el miedo al fracaso y con una baja tolerancia a la frustración.
Tendencia al control interno de la conducta y a modificar el comportamiento de acuerdo a las diferentes demandas sociales, cognitivas y/o emocionales que surgen en situaciones específicas. Calero (2007) lo llamaría autorregulación.
Posibilidad de manifestar estados de inquietud, impaciencia o ansiedad, tics, gran actividad física, a veces generada por una gran sed de conocimientos, o por el hecho de adaptarse al ritmo de los demás. Puede observarse en la existencia de tics nerviosos, mordida de uñas o lápices, mirada continua al reloj, somatizaciones, etc.

En la actualidad en algunos colegios ya se aplican programas dirigidos a estos alumnos con altas capacidades intelectuales, dichos programas están dirigidos al enriquecimiento y desarrollo personal de niños/as y jóvenes para desarrollar al máximo sus potencilidades con niños y niñas de su mismo nivel.

Algunos de los objetivos que se pretenden alcanzar son:

-Lograr el desarrollo personal y prevenir la desintegración escolar y la asincronía personal.
-Prevenir conductas y problemas motivacionales. ocasionados por el dominio de las materias curriculares.
-Potenciar el desarrollo cognitivo.
-Reforzar el empleo de estrategias de aprendizaje.
-Desarrollar habilidades relacionales entre iguales.

Las áreas de intervención que se trabajar son:

Entrenamiento cognitivo

Desarrollo de habilidades cognitivas, psicosociales y afectivas que propician el desarrollo de la inteligencia y un mayor aprovechamiento de los recursos intelectuales.

Asesoramiento personal-social

Ejercicios de habilidades sociales para conseguir un mejor conocimiento y aceptación tanto de la propia persona como de sus diferencias con los demás.

Actividades de enriquecimiento

Ajedrez
Filosofía para Niños
MindLab
Experimentación Científica
Aprender a Pensar
Astronomía y Astrofísica
Arte
Informática

El Sistema educativo:

a) Enriquecimiento de los contenidos curriculares

Ampliaciones curriculares
Adaptaciones curriculares

b) Previa autorización del Ministerio de Educación, aceleración o flexibilización del periodo de escolaridad obligatorio en los casos que la madurez del alumno lo requiera.

c) Enriquecimiento del contexto

Los diferentes proyectos curriculares se diseñan teniendo en cuenta las necesidades educativas de los alumnos de alta capacidad.
Oferta educativa más amplia, rica, flexible y diversificada.

d) Unidades de Indagación en Educación Infantil y Primaria

Los alumnos y profesionales trabajan en coordinación al tratar temas de enriquecimiento desde sus diferentes áreas.

e) Aula Inteligente

Para alumnos de Educación Secundaria, el modelo de Aula Inteligente se adapta perfectamente a las necesidades y demandas cognitivas de los niños con talento.

Es un sistema abierto que les permite progresar según sus ritmos de aprendizaje y sus estilos
intelectuales y con una metodología investigadora basada en el trabajo autónomo.

¿Cómo saber si vuestro/a  hijo/a es superdotado/a?


Os dejo también un interesantísimo vídeo (dura casi una hora), pero es muy recomendable, de Eduard Punset sobre la paradoja del Fracaso escolar en niños superdotados.


Espero que os haya gustado el post de hoy, es bastante extenso, pero considero que debo tratarlo en posteriores post ya que han quedado numerosos temas en el aire respecto a las AACC. Os mando un saludo ;)

Agradecimientos: Kathy Hare por sus maravillosas Ilustraciones. Fuente información: Wikipedia


Pepita Gominola


 

sábado, 22 de noviembre de 2014

Vota por mi blog


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Hola!!, Quería pediros un favor, para poder conseguir un premio educativo sólo hay que pinchar en el enlace que os voy a poner a continuación, Estoy a un paso de ser finalista!!!! Muchísimas gracias por vuestro apoyo!!

Pepita Gominola

EL enlace:

         

martes, 18 de noviembre de 2014

¿Y tú? ¿Cómo educas?

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La parábola de la marsopa, o del delfín, es una interesante historia narrada por George Bateson, uno de los padres de la programación neurolingüística, que recoge las observaciones realizadas por el propio Bateson mientras estudiaba el proceso de entrenamiento de unos delfines en Hawai. Las reflexiones extraídas en este estudio son fácilmente extrapolables al contexto educativo.

Bateson observó durante varios meses como los entrenadores enseñaban a los delfines los trucos que debían realizar durante el espectáculo. La “clase” comenzaba cuando el animal hacía algo inusual, como por ejemplo saltar fuera del agua, tras lo cual los entrenadores hacían sonar su silbato y premiaban al delfín con un pescado. Cada vez que el delfín repetía esa acción el entrenador hacía sonar su silbato y premiaba nuevamente al animal. Pronto el delfín aprendió que esa conducta le aseguraba un premio y por tanto la repetía con asiduidad.

Al día siguiente el delfín volvió a repetir su salto esperando obtener su pescado, pero esta vez no sucedió nada. El animal repitió su salto varias veces hasta que aburrido desiste en sus saltos y realiza una acción diferente, por ejemplo un giro. Inmediatamente el atento entrenador hace sonar su silbato y premia al delfín por este nuevo movimiento. Así, el equipo de entrenadores solo premia las piruetas nuevas. Esta pauta de funcionamiento, indica Bateson, se repitió durante dos semanas. El delfín intenta repetir el movimiento del día anterior esperando su pescado, y como no sucede nada realiza un movimiento distinto que, inmediatamente es reconocido (silbato) y premiado (pescado).

Esta situación resulta durante los primeros días algo desconcertante para el animal, hasta que finalmente descubre la “lógica” del juego: sólo se premian los movimientos diferentes. Bateson cuenta que el decimoquinto día de su entrenamiento el delfín realizó un espectáculo tan extraordinario que parecía haberse vuelto loco. El animal empezó a realizar continuos movimientos diferentes realizando varias piruetas no observadas con anterioridad con otros delfines. Finalmente había “aprendido” no sólo a realizar nuevas conductas, sino que había comprendido las reglas sobre cómo y cuándo producirlas.

Uno de los puntos importantes que recoge Bateson en sus observaciones es que, durante las dos semanas del entrenamiento, observó como el entrenador arrojaba pescado al delfín sin motivo aparente. Preguntado el entrenador por esta cuestión le informó: “Esto lo hago para mantener mi relación con él. Si nuestra relación no fuese buena, el delfín no se molestaría en aprender nada.”

Algunas de las conclusiones que se extraen del estudio de Bateson son:

En este caso el objetivo de los entrenadores no es que el delfín aprenda a hacer tal o cual pirueta, su objetivo es mucho más ambicioso: Pretenden que el animal sea creativo, que innove.

Tan importante es la tarea (movimiento nuevo) como la relación. Que el delfín esté interesado en participar en el “juego” depende de que la relación entre ambos sea positiva.

Lo que los entrenadores pretenden es que el delfín aprenda a aprender, que comprenda las “reglas del juego”. No importa la dificultad de la pirueta realizada, sino la innovación, el hacer algo distinto. Se fomenta la iniciativa y la originalidad.

En este proceso de aprendizaje, el delfín recibe información (el sonido del silbato le indica que es lo que ha hecho bien) y refuerzo (pescado). Así el animal entiende cuando hace algo esperado.

Finalmente, no se utiliza ningún tipo de castigo para corregir conductas. Es decir, mientras que el animal no hace movimientos nuevos o mientras se empeña en repetir los aprendidos el día anterior, no se le aplica ningún castigo (no se le ofrece pescado podrido), sencillamente no se le presta atención.

Si comparásemos la “clase del delfín” con nuestro trabajo como maestros y profesores, o con nuestra forma de comportarnos con nuestros hijos…

¿Cuál es nuestra intención como maestros? ¿Les decimos a los niños la “pirueta” que tienen que aprender o les dejamos margen para que muestren su creatividad?

¿Cuidamos la relación de la misma manera que atendemos la tarea? ¿Tenemos tiempo de “dejar caer” algunos pescados fuera de nuestro tiempo de entrenamiento para cuidar la relación?

¿Ofrecemos información y premiamos cada comportamiento esperado o positivo de nuestros alumnos o mostramos más predisposición a atender los comportamientos negativos?

¿Posibilitamos, buscamos la iniciativa en nuestros alumnos?

¿Abusamos del “pescado podrido” para corregir los comportamientos no deseados, aún a cambio de sacrificar la relación y que nuestros “delfines” desistan en su interés por aprender?


* La investigación de Bateson está recogida en el libro "Coaching" de Robert Dilts.

martes, 11 de noviembre de 2014

Los niños nacen dependientes

                        Kathy Hare Ilustration

LOS NIÑOS NACEN DEPENDIENTES, PERO NO ESTÚPIDOS.

Las gacelas Thompson, esas que siempre andan moviendo la cola y cruzando el Serengeti huyendo de los leones, traían sus crías al mundo. Lo que más me sorprendió de todo el proceso fue el sentido de estrés y de urgencia que rodea el momento del parto.

Estos animales pasan su vida en continuo estado de alerta. Las rígidas leyes por las que se rige el ciclo de la vida las obligan a mantener un continuo estado de vigilia, si quieren sobrevivir en un paisaje plagado de depredadores al acecho. Explicaba el documental como el momento del parto se convierte en un momento especialmente crítico, tanto para la madre como para la cría, ya que en este momento se convierten en presas extremadamente vulnerables. Estos animales están dotados de un mecanismo innato de supervivencia que provoca que las gacelas recién nacidas adquieran la capacidad no solo de mantenerse en pie, sino de correr, a los pocos (poquísimos) minutos. Los leones, siempre atentos, se encargan de convertirse en eficaces profesores. A las gacelas les va la vida en ello, no hay septiembre ni reválida posible: O aprenden rápido o… ya no aprenden.

Hay una frase de motivación bastante conocida sobre leones y gacelas que recoge este principio de supervivencia, de urgencia. La frase acaba con la moraleja de “no importa si eres león o gacela, pero cada día, cuando salga el sol, empieza a correr”. Sólo los mejores (más rápidos) sobreviven. Puro y simple darwinismo.

Nosotros nacemos indefensos, desprotegidos, completamente dependientes de los cuidados maternos. Y esta situación se prolongará durante años. Tardamos años en conseguir la autonomía y la soltura que una gacela Thompson obtiene en tan solo un par de minutos de vida. Desde pequeños nos mostramos desamparados, necesitamos del cuidado y de la protección de los nuestros, no solo para sobrevivir, también para desarrollarnos.

Es por ello que, sobre todo durante los primeros años, recae sobre los padres la responsabilidad de ofrecer cuidados y protección a sus hijos. Pero también ocurre que, al amparo de esas protecciones, de esos mimos, a veces excesivos, los niños comienzan su periplo madurativo con la seguridad de que los riesgos y peligros, también los retos, quedarán alejados por sus cariñosos progenitores. En ese afán por amparar a nuestros cachorros, ocurre a menudo que nos excedemos en nuestro cometido y nos adentramos en el peligroso terreno de la sobreprotección.

Es cierto que los niños nacen dependientes, pero eso no significa que no puedan valerse por ellos mismos para nada, eso no significa que tengan la iniciativa de una ameba, eso no presupone estupidez. Ese merito ya es nuestro, de los adultos, de algunos padres empeñados en masticarles la comida.

La norma del “cuanto más mejor” no acostumbra a ser cierta la mayoría de las veces y, desde luego, en el terreno emocional no lo es. No se trata de arropar a nuestros indefensos y desprotegidos polluelos con cuantas caricias y muestras de afecto seamos capaces de imaginar. No se trata de apartar cuántas piedras surjan en su camino por miedo a que tropiecen. No podemos, aunque a veces nos obcecamos en ello, envolver a nuestros pequeños con plástico de burbujas para evitarles todo mal. Pero sobre todo, lo que no podemos es privarles del aprendizaje que precede al dolor, al error, al golpe. Las heridas se curan, los aprendizajes perduran.

Impacta la imagen de la joven gacela Thomson, aún con el dolor y las heridas del parto recientes, masticando la placenta para liberar a su cría para, acto seguido, empujarla con el hocico hasta ponerla en pie y obligarla a iniciar su trote. De la misma forma, cualquier ave empujará de manera decidida a sus polluelos arrojándolos del nido y obligándolos a volar, a buscar por sus propios medios su alimento. Y todos estos comportamientos, no están motivados por la crueldad o por el sadismo animal, sino que nacen del instinto, del amor de una madre que no dudará en interponerse en el caso de que su cachorro sea atacado, sacrificando incluso su propia vida para salvarlo.

Sin embargo, las personas tendemos a prolongar de manera indefinida la, ya de por si dilatada, etapa de dependencia de nuestros hijos. Disfrutamos cobijándolos bajo nuestra ala, ofreciéndolos todo nuestro calor y, retrasando “sine die” el momento de empujarlos para que corran. Este tipo de comportamientos provocan a menudo retrasos importantes en la maduración de aquellos niños que se ven privados de la oportunidad de afrontar sus propios retos, de aprender de sus desengaños, de sus llantos, de sus desilusiones.

Esta es una manera de actuar egoísta, cortoplacista, que solo mira por el bienestar emocional del progenitor, que se siente reconfortado al sentirse centro del mundo, pilar imprescindible para sus cachorros. Pero esta es una peligrosa arma de doble filo que, con el paso del tiempo, se volverá de forma cruel en nuestra contra. Como tan sabiamente decía Aristóteles la virtud habita en el término medio, y es cuestión de supervivencia saber encontrar el necesario equilibrio entre nuestras exigencias emocionales como padres y las necesidades.

Santos Guerra cuando dice que los profesores, también los padres, forman a sus alumnos como los océanos forman a los continentes, retirándose. Y todos, aunque sea difícil, aunque sea doloroso, tenemos que encontrar el momento apropiado para apartarnos del camino, para dejar espacio a que cada cual cometa sus errores. Al fin y al cabo no solo les pertenecen sino que tienen derecho a ellos.


Un excelente reportaje de Nathional Geographic sobre el transcurso del embarazo humano, sin duda no hay que perdérselo. Se llama: "En el viente materno".


Sin duda un texto para reflexionar, a mi personalmente me ha encantado. Mis agradecimientos de hoy van como siempre para kathy Hare por adornar mis entradas en el blog con sus maravillosas e inspiradoras ilustraciones. Y a La mariposa y el elefante por abrirme los ojos en el camino educativo.

Pepita Gominola

martes, 4 de noviembre de 2014

Nuestro enemigo es nuestro mejor maestro

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"El éxito o el fracaso no depende de las circunstancias sino de nuestra actitud ante ellas". Esta es una de las ideas que con mayor frecuencia se escucha durante las clases.
La reacción inmediata es cubrirse con el manto de las excusas y justificar su inacción con un “no vale la pena”. Por muy mal que estén las cosas, lo cierto es que siempre pueden empeorar, máxime si ante una situación complicada o un problema nuestra única opción es utilizar la técnica del avestruz, refugiarnos bajo la sábana y esperar a que escampe, esperar a que otros vengan a solucionarlo.

Sin embargo es frente a las adversidades cuando se conoce el verdadero valor de las personas. Dime la medida de tu adversario y te diré la grandeza de tu triunfo. Un ejemplo deportivo: Todos los ciclistas son rápidos en las bajadas, pero se necesita un Tourmalet para marcar las diferencias en la clasificación general.

Sin retos que afrontar, sin problemas a los que enfrentarnos nuestra capacidad de crecimiento se ve muy mermada. No se consiguen grandes cosas sentados desde el sofa del salón. La crisis es una putada, pero también es una gran oportunidad de aprendizaje. Alguién dijo una vez que las oportunidades siempre se nos presentan disfrazadas de problemas. Vivimos una etapa convulsa, dificil y problemática,... obligatoriamente también llena de oportunidades para aquellos que están dispuestos a intentarlo.

El aspecto positivo de las dificultades es que nos obligan a sacar lo mejor de nosotros mismos. La necesidad es la verdadera fuente de la motivación. La necesidad agudiza el ingenio. Los momentos de crisis, de pérdida del puesto de trabajo, de necesidades económicas, de dificultad,… son además de un duro revés, una oportunidad magnífica de poner en práctica todas nuestras potencialidades, que seguramente sin esa circunstancia, nunca reuniríamos el valor para intentar.

Otra de las fantásticas historias que se utiliza como herramienta de reflexión sobre el tema es la conocida historia de la zanahoria, el huevo y el café. El cuento dice así…

"Un acólito preguntaba a su maestro acerca de la vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido. Estaba cansado de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su maestro, lo llevó a la cocina del monasterio. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. El alumno esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su sabio maestro. A los veinte minutos apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su extrañado alumno le dijo: "¿qué ves?"


-"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.

Le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. El aprendiz sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y humildemente preguntó: "¿Qué significa esto?"

El maestro explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían transformado al agua".

"¿Cual eres tú?", le preguntó. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?.

Agradecimientos: El elefante y la mariposa y a Kathy Hare por sus maravillosas ilustraciones.

Espero que os haya gustado.

Pepita Gominola